Los esposos Luis Moisés Espinoza y Esther Báez abrieron el local en 1950. Empezaron vendiendo helados en palito y bananas congeladas, y hoy la segunda generación de la familia, debido a los pedidos de la clientela, han convertido el original negocio modesto en un restaurante con dos pisos, tres ambientes y una atmósfera un tanto abigarrada que es precisamente donde radica su encanto de viejo soda bar. Además de los reputados helados hechos en casa (que ya no vienen en palito sino en copas bien decoradas con frutas y salsas), se ofrecen buenos almuerzos y gran parte del menú típico del Centro Histórico: sánduches, secos, ponche, chocolate caliente, bocadillos tradicionales.
Todos los días de 7H30 a 19H00
Simon Bolivar, Quito 170401
junio 15, 2022
(02) 258-2991