Cafetería tradicional abierta en 1938, una de las más antiguas de la zona. Su ambiente y su menú son austeros, pero las amabilidades en la atención engrandecen la visita. Es reconocida la esencia de su café, sus sánduches de pernil y los bocadillos tradicionales como las humitas y los quimbolitos, y, desde hace unos meses, también sus almuerzos.