Es menos conocido que las huecas populares del Centro Histórico, pero tiene una larga historia, pues fue abierto en 1948, como señala el potente letrero de neón colgado al interior del local, cuya decoración mezcla cuadros religiosos y de
escenas de un Quito antiguo, publicidades de helados industriales y el ambiente que da una cocina abierta donde se preparan platos a la carta (corvina, apanados)
y generosos almuerzos que en un mismo menú pueden tener cazuela de pescado y parihuela de mariscos. En una vitrina que da a la calle destacan unos enormes quimbolitos y unos voluminosos sánduches de higos con queso, que con frecuencia son los que invitan a descubrir qué más hay al interior. El negocio es manejado por la madre y los hijos de la fundadora, doña Aurora Miranda.
Todos los días de 7H00 a 19H00
Benalcázar N3-81 y Espejo
En el Centro Histórico, la primera cafetería de la calle Benalcázar desde 1948
0998788864